"Hace siglos, los marineros en los viajes largos solían dejar una pareja de cerdos en cada isla desierta. O bien dejaban una pareja de cabras. En cualquier caso, en sus visitas futuras, la isla los aprovisionaría de carne. Se trataba de islas prístinas. En ellas vivían razas de pájaros que no vivían en ninguna otra parte de la tierra. Sin enemigos, las plantas que había allí evolucionaban sin espinas ni veneno. Sin depredadores ni enemigos aquellas islas eran paraísos.
La siguiente vez que los marineros visitaban las islas, solamente encontraban manadas de cerdos o de cabras.
Ostra está contando esta historia.
Los marineros llamaban a esta práctica "sembrar carne".
Ostra dice:
-¿Os recuerda esto a algo? ¿Tal vez a la vieja historia de Adán y Eva?
Mira por la ventanilla del coche y dice:
-¿Os preguntáis a veces cuando va a volver Dios con un montón de salsa barbacoa?
[...] Fuera hay alguno de los grandes lagos, con agua hasta el horizonte, sin nada más que mejillones cebra y lampreas. El aire apesta a pescado podrido.
Desde que remodelaron el canal de Welland en mil novecientos veintiuno para permitir que pasaran mas barcos por las cataratas del Niágra, dice, la lamprea de mar ha infestado todos los grandes lagos. Son parásitos que chupan la sangre de los peces mas grandes, la trucha y el salmón, y los matan. Entonces los peces mas pequeños se quedan sin depredadores y su población se dispara. Entonces se quedan sin plancton para comer y mueren a millones.
- Estúpidas alosas- dice Ostra- ¿Os recuerdan a alguna otra especie?
Dice:
- O bien una especie aprende a controlar su población o algo como la enfermedad, el hambre o la guerra se encargan del asunto.
Ostra mira por la ventana del coche y dice:
- ¿Nunca os habéis preguntado si tal vez Adán y Eva eran los cachorrillos que Dios abandonó porque no aprendían a hacer sus necesidades como era debido? "
Texto extraído de "Nana", Chuck Palahniuk.
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