No sé si estamos hechos de polvo de estrellas, esa es solo otra frase de filosofía en tarros para mí.
No sé si esta vida tiene un sentido profundo y trascendente. La vida solo es como un delirio distópico para mí desde hace demasiado tiempo.
No sé si el ser humano es bueno por naturaleza, o si el ser humano es incomprensiblemente estúpido para mi desde hace demasiado tiempo.
No sé si existen los milagros, pero ser capaz de levantarme cada día y seguir luchando me parece algo muy parecido.
No sé si existe el amor, o hace tiempo que olvidamos ese concepto en su significado original y todo lo que tenemos ahora es una mera copia perversa de lo que un día fue.
Si muriese ahora mismo para regresar a las estrellas sentiría que pasé mi vida injustamente encadenado a obligaciones asfixiantes sin retribución, aferrado a la esperanza absurda. Si muriese para volver a las estrellas ¿Podría abrazar de nuevo todo aquello que perdí por el camino, todo aquello que ni siquiera llegue a tener como deseaba?
Morir es fácil, vivir es recorrer una cuerda desatando nudos. Vivir es desenredar los cascos de la existencia.
Vivir constantemente tan lejos del mundo y tan cerca, renunciando a tanto por tan poco, perdiendo tanta vida, es un acto inexplicable de fe.
Como creer que el alma viaja en las estrellas a lugares llenos de luz.
Como creer que un día todo tendrá sentido.
Como amar sin reservas.
Como vivir.