lunes, 1 de abril de 2013

Rabia.

No tengo un discurso, ni siquiera planeo lo que digo, yo solo sabía que tenía que venir, plantarme aquí escribiendo esto y que alguien lo leyese, pero de verdad, no solo que pusieseis cara de leer con atención sin pensar realmente en aquello por lo que vuestros ojos se deslizan, como hacéis el resto del tiempo, cara de sentir, no cara de procesar. Ponéis una cara, y nos hacéis salir al escenario, o enfrentarnos al teclado, o a un examen, o a una pantalla, o a cualquier gilipollez, y nosotros salimos ahí, y cantamos, bailamos, escribimos. Damos tumbos. Pero lo que veis ahí fuera no son personas, es carnaza, y cuanto mas falsa es, más os gusta, porque la carnaza es lo único que funciona ya. La carnaza falsa es lo único que podemos tragar, bueno, y algo mas, el dolor real y la maldad real, eso también, sí, empala a un tío gordo y nos partiremos de risa porque nos hemos ganado el derecho al ser flacos, porque estamos desesperados y tan idos de la cabeza que ya no tenemos juicio. Solo sabemos de carnaza y de comprar mierda, así nos hablamos entre nosotros y nos expresamos, comprando mierda. Nuestro mayor sueño es comprar una gorra nueva para nuestro querido avatar, una gorra que no existe, que ni siquiera esta ahí, compramos mierdas que no existen realmente.

Mostradme algo que sea real y libre, ¿no podríais, verdad? Nos mataría, estamos aletargados, nuestra mente se ahogaría en la confusión. Podemos soportar cierta admiración, por eso cuando encontráis alguna maravilla nos la dais en dosis bajas, y solo si esta adulterada, envasada,  y administrada a través de 10.000 filtros preasignados, hasta que todo no es mas que una serie de luces sin sentido, y nosotros seguimos pedaleando y pedaleando un día sí y otro también, ¿hacia donde? ¿alimentando que? Sólo celditas y pequeñas pantallas, y celdas grandes y pantallas grandes. ¡QUE OS DEN! A ESO SE REDUCE, A ¡QUE OS DEN! Que os den por sentaros ahí y empeorarlo todo lentamente con vuestra pasividad, que le den a vuestro foco y a vuestros rostros santurrones, y también que os den a todos por llevaros algo real que encontré, por exprimirlo y aplastarlo hasta ser un hueso, un chiste, un chiste malo en un reino de millones de ellos. Que os den por lo que está pasando. Que os den por mi, por nosotros, por todo el mundo. ¡QUE OS DEN!

martes, 19 de marzo de 2013

Intriga.


Haría el mismo frío que esta noche cuando sucedió. Quizá más. La misma poca luz, la que regalan las noches cerradas en una calle escondida de la gran ciudad, con farolas centelleantes, ocultas entre ramajes de árboles alquitranados. Sería tarde. Esa es exactamente esta historia, una hora tardía, entre sombras, alquitrán y vapores gélidos. Y ella.

Sumido en mis pensamientos fugaces, fue cuando se situó a mi lado. Bella, muy bella. Demasiado bella para alguien como yo. No me importaba su nombre, y jamás llegaría a saberlo, ni tan siquiera quería saberlo, sería como poner nombre al dolor, impregnar de afecto un sentimiento oscuro y tormentoso. En su cuello oscilaba un collar con una bola del mundo. Esto, junto con un tatuaje tribal perfilado en su muñeca izquierda, su actitud desafiante y su mirada perdida en el infinito, era de lo poco que le caracterizaba, a parte de su belleza.

Era una situación extraña. Unas cuantas personas esperaban junto a nosotros a que esa luz verde indicase que el camino de nuestras vidas podía continuar, pero ninguna parecía interesarse por ella, todos se encontraban más preocupados de mantener sus conversaciones que de la situación dantesca que acontecería.

Sin previo aviso, dio un paso al frente.

Afrontó con intriga su destino. Rodeada por el gentío que dejaba atrás, cuyo ego absorbía toda la atención dentro de cada componente. Sola. La fuerza le empujaba a continuar su camino. La sombra más oscura era seguida del blanco cegador. L a sombra más oscura incluía una neblina que intentaba camuflar de agradable lo desconocido. El blanco se fundía con borrones negros que demostraban que lo iluminado incluía el factor de un azar contrario. O favorable. Pero desconocido. Detrás, empujan. A un lado, el infinito. Al otro, la presión, el peligro. Segundos para tomar una decisión, que habría de afrontar mientras la inmersión en otra serie de pensamientos provocaba un cúmulo de voces que aturdían a la lógica, y empujaban a la locura. No hay concentración, ni tiempo. Nunca hay tiempo. El invento peor administrado de la lógica humana. Tic. Tac. Corre. Y afrontó aquel paso de cebra como si el destino le fuese en ello.

martes, 8 de enero de 2013

Dream.

Soñando despierto. Si es por soñar que no quede. A nadie se le da mal soñar. En mis sueños yo navego por cielos de gominola a lomos de un dragón azul de hielo y argón. En mis sueños soy el puto rey del mundo de los seres sin cabeza y me gano la vida con implantes de cabello. En mis sueños salvo el planeta de la invasión lenta pero segura de la estupidez y la mediocridad, armado con un sable láser de color naranja atardecer. En mis sueños soy capaz de conseguir que te quedes a mi lado, que no te vayas nunca, que nunca te hayas ido. En mis sueños lo irreal se vuelve común y lo imposible rutinario, porque son mis sueños, y mi mundo, el único lugar que siempre estará a salvo de las manazas de la costumbre.